El Ayuntamiento de Barcelona ha creado un área de innovación social que tiene como objetivo crear un modelo de acción pública que genere valor social a partir de soluciones innovadoras y que favorezca el respeto de los derechos sociales para así obtener una mayor cohesión social. La innovación social se está implantando en Barcelona, a nivel tecnológico y de procesos, en su definición, diseño e implementación de nuevas ideas y a través la participación de entidades, usuarios y profesionales.
El Área de Derecho Sociales del Ayuntamiento de Barcelona ha creado cinco categorías en las cuales incluir los retos sociales que afectan hoy en día a los ciudadanos de Barcelona: Vivienda, Envejecimiento y Salud, Renta e inclusión, Ocupación y Educación y TIC, Organización y Conocimiento. A través de estos objetivos de innovación social, se pretende construir un modelo de ciudad en el cual, la colaboración de todas las partes, sea esencial para generar un impacto real y un cambio en la sociedad.
Los barceloneses, independientemente del distrito donde vivan, tienen acceso a una red de servicios sociales prestados por los trabajadores del Ayuntamiento de Barcelona. En cualquiera de los centros de servicios sociales pueden obtener la información y la atención que necesiten sobre temas sociales.
A continuación, se exponen algunos de los proyectos sociales innovadores que se han iniciado o implantado durante estos últimos 4 años (2015-2019) en Barcelona en las categorías envejecimiento y salud y educación.
¿Por qué centrarnos en estas áreas? La respuesta es simple: estos grupos sociales, niños (0-14 años), jóvenes (15-24 años) y gente mayor (más de 65 años) representan el 43,10% de la población de Barcelona, el 12,60%, 9,00% y 21,50% respectivamente.
Este programa da soporte a la gente mayor que está en situación de soledad y que no dispone de un acceso fácil a los recursos y servicios del Ayuntamiento. En primer lugar, este proyecto ha logrado que las personas mayores (1.000 usuarios en 2018), a través de una tableta digital, puedan contactar con sus familiares mediante videoconferencias y así combatir su sensación soledad. En segundo lugar, el proyecto está buscando dar acceso a la gente mayor a servicios digitales sociosanitarios como consultas al médico por videoconferencia, clases de gimnasia por streaming o vídeos sobre consejos de seguridad y prevención de la Guardia Urbana o los Bomberos de Barcelona. En los próximos años, se prevé alcanzar los 5.000 usuarios y llegar a impactar a 20.000 personas (4 por usuario).
El objetivo de este proyecto es ayudar a las personas con discapacidad o movilidad reducida y pocos recursos a alquilar los productos que necesiten (a coste reducido): silla de ruedas, camas articuladas, muletas, etc. Este banco funciona gracias a la solidaridad de aquellos particulares o entidades que no hacen uso de los productos de soporte y los ceden para que se les dé una reutilización. Los productos que se alquilan han pasado un proceso previo de homologación y los profesionales ayudan a los usuarios a hacer un buen uso de los mismos. Se prevé para este 2019 que el uso de este servicio siga creciendo, al menos en un 50% en base los resultados del 2017: 375 préstamos de material y 291 donaciones.
Este proyecto está dirigido mayoritariamente a jóvenes que no llegaron a superar la secundaria o que abandonaron los estudios prematuramente y quieren retomar su formación. Este proyecto tiene dos objetivos muy claros: por una parte, quiere dar formación personalizada e integral a jóvenes entre 16 y 25 años para que puedan alternar formación y trabajo y, por otra parte, acompañar a los jóvenes en su transición a vida adulta y favorecer el acceso al mercado laboral con mejores condiciones. Contará con tutores que se encargan de hacer un seguimiento de la situación de cada joven y ayudarles en su integración en el sistema educativo y en el mercado laboral. También se fomenta el trabajo comunitario y la participación social para que estos jóvenes puedan entender mejor los conceptos de ciudadanía y compromiso cívico y las necesidades reales del entorno para mejorarlo.
Este proyecto se ha desarrollado para luchar contra la falta de actividades físicas y lúdicas al aire libre en Barcelona. Trata de motivar a la sociedad (en especial a niños y jóvenes) para que vuelva a encontrarse en las calles y recupere las actividades que antes se celebraban en ellas. El reto “BCN da mucho juego” se inició en 2018 y funcionará hasta 2030 y sitúa el juego y la actividad física como materia de política pública. Esto significa que, por ejemplo, patios de distintos colegios se están convirtiendo en centros públicos de juego, a disposición de sus vecinos, como elementos de coeducación y sostenibilidad. Las plazas se están transformando en espacios de juego dinamizados y con actuaciones urbanas y los espacios públicos se están rediseñando gracias a la cocreación e ideas de niños y jóvenes.
Estos proyectos son algunos retos, entre muchos otros, que el Ayuntamiento de Barcelona ha desarrollado estos últimos años con el fin de conseguir una sociedad más cohesionada, comunitaria y próspera. Es importante que desde los órganos centrales de Catalunya se incentiven estas relaciones sociales, ya que es una buena manera de impulsar a la sociedad hacia un bien común: una ciudad unida y colaborativa.
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