Gracias a la experiencia que tenemos, hemos observado una grave desconexión entre el sector educativo y el sector empresarial. Los dos se miran con cierto recelo y desconfianza, y a menudo no perciben el valor que les podría el otro.
Para afianzar nuestra apuesta de abrir puentes entre empresa y escuela, os damos 5 razones:
-
-
- Conocimiento “utilizable”: hace falta revisar los contenidos y las metodologías para dar un enfoque práctico al conocimiento generado en las aulas. Por práctico entendemos que genere valor social o económico para alguien. Si no hay una vocación de servicio en aquello que hacemos, no le encontraremos sentido y la motivación del alumnado (y el profesorado) cae en picado. Experiencias como la de l’Aprenentatge Servei nos demuestran que anima mucho más aprender cuando hay un objetivo aplicado o reto a resolver.
- Refrescar contenidos: todos hemos tenido la sensación de que aquello que nos enseñaban en la escuela o la universidad, poco o nada nos servía a la hora de encontrar trabajo y resolver los problemas del día a día en nuestro lugar de trabajo. El mundo educativo se ha vuelto endogámico y se mira el ombligo, y son pocas las empresas comprometidas con su entorno social y que se impliquen en el desarrollo educativo de los que serán sus futuros trabajadores. Implicar a la empresa en la educación, y que los centros se interesen por las empresas, nos servirá para tener unos contenidos y estrategias más vinculadas a la realidad. Esto favorecerá que el salto al mundo laboral no sea tan grande, saliendo todos beneficiados.
- Colaboraciones win-win: la tendencia de la economía colaborativa nos está dando ejemplos extraordinarios de como 1+1 puede dar más de 2. La gestión de las alianzas deviene cada vez más un ámbito clave a desarrollar por parte del liderazgo de las instituciones educativas. Los centros pueden obtener grandes beneficios si se abren a su entorno social y económico. Las empresas, por su parte, pueden aprovechar estas colaboraciones para estimular a sus trabajadores y ponerse al día en nuevas tecnologías, por ejemplo.
- Actualización profesional: esta endogamia y estrés del mundo educativo hace que los profesionales que deciden dedicarse a la docencia, se desvinculen del sector productivo de su especialidad. Hoy en día, con los cambios tan grandes y rápidos que tenemos, en 3-5 años puede cambiar todo, y que los conocimientos y experiencia que te servían, dejen de ser valiosos para el alumnado. Mantener un vínculo estrecho entre el mundo empresarial que envuelve al centro nos puede permitir estar más al día de aquello que a la hora de buscar trabajo les pedirán a nuestros alumnos.
- Creatividad e innovación: todos sabemos que los estudiantes son “esponjas”, y cuánto mas jóvenes más lo son. Por esta razón, desde bien pequeños, tenemos que introducir en su ADN los valores que les servirán sí o sí para ser mejores personas y tener más posibilidades de triunfar laboralmente en el futuro. En un mundo líquido, donde la educación ha de gestionar las incertidumbres, hay una serie de valores y/o competencias vinculadas a la creatividad y la innovación que deberían de ser transversales a las planificaciones educativas: arriesgar, crear, ser crítico, colaborar, preguntar, inspirarse, explorar, compartir, reflexionar, imaginar y sobretodo pensar.
-
Desde Induct, ponemos nuestro granito de arena para impulsar estos valores con proyectos como Innolab donde empresas, ayuntamientos y centros educativos nos encontramos para resolver retos reales de forma colaborativa.
Os invitamos a ver algunas de las fotografías de las visitas a empresas y talleres de creatividad desarrollados en este proyecto:
Taller de creatividad en El Prat de Llobregat Taller de creatividad en Viladecans Taller de creatividad en el IES Severo Ochoa de Esplugues de Llobregat Visita a Bayer, Baix Llobregat Visita a la empresa Ernesto Ventós Visita de los alumnos a J. Juan Brake Sistems
